El Guerrero de Moixent, «Guerrer de Moixent»
El 21 de julio de 1931, un miembro del Servicio de Investigación Prehistórica de la Diputación de Valencia descubrió, mientras excavaba una casa aristocrática íbera, una pequeña figura de bronce. Había encontrado al “Guerrer de Moixent”, un hombre desnudo esculpido a lomos de un caballo, como ofrenda a los dioses.
En lo que hoy es el término municipal de Moixent (Valencia), en el siglo IV antes de Cristo existió una gran urbe íbera llamada La Bastida de les Alcusses, hoy convertido en yacimiento arqueológico de incalculable valor. La Bastida albergó a un pueblo pre romano cuya lengua, a día de hoy, no ha podido ser descifrada. Su organización militar estaba estudiada y presente al milímetro en sus restos arqueológicos: recinto defensivo con puertas fortificadas, barrios ordenados en manzanas, defensas organizadas, etc. etc.
Guerrero Moixent – Foto de Javea.com
La ciudad funcionaba como de si una Ciudad-Estado se tratara: sociedad perfectamente jerarquizada, gobierno por un rango superior que se encargaba además de la explotación de las actividades agrícolas, control de las actividades artesanales y metalúrgicas e incluso del culto a la religión.
La figura del “Guerrer de Moixent” puede contemplarse en el Museo de Prehistoria Valenciano. Es la pieza más conocida entre las colecciones del museo referente a temas de la época íbera, y se trata de un exvoto de bronce fundido, de 7,3 centímetros de altura, un regalo a los Dioses que puede contemplarse en las instalaciones de este museo valenciano.
El guerrero empuña con fuerza una espada, denominada Falcata, y un escudo, Caetra, en la otra mano. Sobre su minúscula cabeza porta un gran penacho unido a un casco. Insisto, solo mide 7,3 cm en los que verás los elementos específicos del grupo dominante del momento: el poder y la fuerza. Si visitas el Museo no esperes vértelo más grande. Su grandeza está en su belleza, en la simbología que encierra y en la apasionante historia que esconde este jefe íbero.
La más amplia colección de piezas ibéricas del mundo la tenemos en Valencia, que se exibe a lo largo de siete salas, entre las que figuran armas, herramientas y enseres domésticos como vajillas cerámicas, esculturas funerarias, y adornos personales. Joyas todas ellas pertenecientes a otros tiempos, y que forman parte de la Ruta Ibérica Valenciana.
La réplica de esta escultura la podréis admirar entre las fallas del Pilar y de Convento Jerusalén, en la calle Guillén de Castro frente al cruce con las calles Ángel Guimerá y Cuenca. No dejes de visitarla, ¡Es parte de nuestra historia!