Historias
El Castillo de Santa Bárbara fue declarado Monumento Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural en 1961, esta situado en la alta montaña Benacantil. Esta montaña es muy estratégica por sus vistas aparte de su extraña asimilación a la cara de un moro.
Este castillo se divide en tres partes: la primera la torreta donde se encuentra la torre del homenaje.
El segundo es el antiguo cuerpo de la tropa y por último el actual Patio de Armas del castillo de Santa Bárbara de Alicante.
Leyendas
El Castillo de Santa Bárbara está lleno de leyendas y de historias fantásticas y verídicas a pesar de lo fantásticas que parecen otras. Aquí os mostramos un par de historias que ocurrieron este preciado castillo.
EXPLOSION EN LA MINA DE SANTA BARBARA
Cuando los ingleses llegaron a la costa de alicante sobre el 31 de julio después de estar 8 dias de asedio decidieron conquistar alicante la cual consiguio conquistar.
Mas tarde llego el caballero francés D’Asfeld. El cual decidió excavar una mina para llenarla de polvora y explotar el monte Benacantil, tarea que se llevó a cao el 28 de febrero de 1709.
El baluarte, la casa del gobernador y cientos de toneladas de rocas salieron despedidos por el aire. Se calculan en unas cuatrocientas las casas que quedaron sepultadas bajo la avalancha de rocas que provocó la explosión.
El amor imposible entre Alí y la princesa Cántara
La tarea que tuvo que realizar Almanzor fue la de marchar hasta la India para buscar sedas y especias para ofrecer a la princesa.
Por su parte, el joven Ali se comprometió a realizar una acequia. De la cual se obtendría el agua que habría de llegar hasta la ciudad. Y es que, sin duda. Ali lo que buscaba era permanecer cerca de Cántara para poder conquistarla. Y eso fue exactamente lo que ocurrió…
Ali trabajaba en el campo. Pero veía todos los días a la princesa lo cual le hizo imposible no enamorarse porque le encantaba.
Pero el tiempo fue transcurriendo y Almanzor. Ajeno al amor que había surgido entre Ali y Cántara durante su viaje a la India, regresó a la ciudad y con él su propósito terminado.
Como el Califa era un hombre justo, al entender que la gesta de Almanzor. Había concluido con éxito y antes que lo hiciera Ali. Le entregó la mano de su hija Cántara tal y como había prometido. Sin saber que la princesa ya había elegido pretendiente.
Cuando Ali se enteró, no pudo soportar el dolor y acabó lanzándose por un barranco.