Esta semana me desplace a Segovia quería disfrutar de uno de los mayores acueductos de agua aun existentes en el mundo, el Acueducto de Segovia que tal y como indica su nombre es un acueducto de la época Romano ubicado en la ciudades más preciosas de la Comunidad de Castilla y Léon (España).
Seguramente sea a día de hoy el mejor y más completo acueducto que nos queda de todos los que se construyeron en la época del Imperio Romano y por supuesto uno de lo más famosos.
Su misión era la de traer agua del río Frío, en la sierra de Guadarrama, para el abastecimiento de la población. El tramo más conocido del Acueducto de Segovia tiene 760 metros de longitud, y en su tramo más elevado consta de dos cuerpos de grandes arcadas de sillares de granito sobre las que discurre la conducción de agua.
Foto de Lugares con Historia
El núcleo del acueducto lo componen 44 grandes arcos, sobre los que se apoyan 119 arcos más pequeños. Tanto los arcos inferiores como los superiores se sujetan sin la utilización de ningún tipo de argamasa, simplemente por el equilibrio entra las fuerzas y los pesos de sus piedras. La mayor altura del Acueducto se consigue en la Plaza del Azoguejo, donde alcanza los 30 metros de altura. Recorre aproximadamente unos 15 km.
Junto a esta plaza el Acueducto muestra un frontis donde se supone figuraba el nombre del arquitecto que lo construyó, junto a la fecha de construcción. En dicho lugar se encuentran ahora dos imágenes: una, de la Virgen, y la otra, de San Esteban. Estas imágenes sustituyen desde 1520 a dos estatuas de la mitología romana.
Foto de Historias de España
Cuenta la leyenda, que el Acueducto fue obra del diablo. Según la vieja leyenda, una moza que servía en la casa de un adinerado hombre de la ciudad cada día tenía que traer hasta la casa el agua fresca del río. Tanto era el trabajo de bajar y subir cántaros de agua que un día de desesperación invocó al diablo, ofreciéndole su alma con tal de no tener que recoger más agua. El diablo escuchó las súplicas de la chica y se acercó a ella para cerrar el trato. Pero tendría que hacerlo antes de que saliera el sol. Sólo así podría apoderarse del alma de la joven. El diablo estuvo trabajando toda la noche sin tregua, construyendo un enorme puente con el que traería el agua desde la parte alta de la ciudad. Pero cuando sólo faltaba una piedra por colocar, despuntó el primer rayo del amanecer y la chica pudo así salvar su alma.