Un segundo lo cambia todo, y así lo demuestra el siguiente vídeo. Se trata de un experimento social muy emotivo que muestra las dos caras de una moneda: por un lado, la gente que disfruta de las velocidades rápidas de la conducción y, por otro lado, personas que han sido víctimas de accidentes de tráfico o familiares de víctimas.
¿Y si reflexionamos todos del peligro que supone la conducción?
Fuente: Dulcinea Studios