Se encuentra en una de las zonas más concurridas de la ciudad: junto a la Glorieta, al principio de la calle Colón, en la misma plaza que le da nombre, que más que una plaza es la intersección de varias calles de gran tráfico, General Palanca, Palacio de Justicia, Colón, Grabador Esteve, Navarro Reverter y del Justicia.
Hasta la demolición de las murallas de Valencia en 1868, la antigua Puerta del Mar era una de las muchas puertas que existían para acceder a la ciudad, como la de Quart o Serranos, y que en este caso unía en línea recta al centro de Valencia con el puerto del Grao.
Su construcción original data de 1356.
La actual Puerta del Mar se construyo en 1946 y ha sido renovada en varias ocasiones, tanto es así que se asemeja más a la Puerta del Real (1801-1868) que existía en Viveros cerca del desaparecido Palacio Real, que a la antigua Puerta del Mar.
El lugar en donde se encuentra fue conocido como Plaza del Marqués de Estella (1925), en homenaje a Primo de Rivera, y también Plaza de la República (hasta 1940), aunque muy pronto recuperó el nombre de plaza de la Puerta del Mar.
La Puerta del Marfue diseñada por el arquitecto Javier Goerlich Lleó, como un monumento a los caídos del bando Nacional en la Guerra Civil Española. Así lo señalaba una gran cruz en su arco principal, flanqueada por cuatro relieves del escultor Vicente Navarro Romero que representan “El valor”, “La abnegación”, “La Paz” y “La Gloria”.
Este monumento no está incluido en ningún catálogo, pero tampoco ha sido desmontado atendiendo a la Ley de la Memoria Históricaporque ya no es un símbolo franquista, tras ser reconvertido en 1980, por el concejal Salvador Blanco Revert, en monumento dedicado a todos los muertos en la guerra civil de 1936 a 1939, sin excepciones, retirada la lápida escrita en latín, en homenaje a Franco, y puesta en su lugar una lápida de mármol blanco desnuda.
Es uno de los más llamativos de Valencia, pero no está catalogado por el departamento de Patrimonio de la Generalitat, quien lo nomina como “recreación histórica”. Pero si aparece como muy interesante en las listas de agencias como TripAdvisor.
Como anécdotas, mencionar que antes de ser derribada la muralla que rodeaba Valencia en 1868, las puertas de la ciudad se cerraban al toque de “les animes” en los campanarios de las iglesias, quedando solo abierta la Puerta del Real, que cerraba más tarde, a las once de la noche.
Los viajeros que llegaban después debían de pernoctar en el Pla del Real, a la intemperie, lo que la ironía popular dio en llamar “quedarse a la luna de Valencia”.
Y que, la Porta de la Mar estuvo desaparecida durante tres años. A principios de 1993 fue desmontada piedra a piedra para poder acometer las obras del metro, volviéndose a emplazar en su lugar actual en el verano de 1996.