Para los que ya me seguís hace tiempo, uno de los placeres de mi vida es viajar y no podía dejar de contaros la historia de uno de los monumentos más emblemáticos de mi querida ciudad.
Andar por Madrid y no visitar una de las maravillas arquitectónicas de la capital seria un pecado. Sin duda uno de los monumentos más representativos de los Madrileños.
Puerta de Alcalá de Erick Espinoza
Fue un arquitecto Italiano, Francisco Sabatini el que la construyó en el año 1778 (de granito y estilo neoclásico) por un encargo del entones rey Carlos III con el objetivo de embellecer la ciudad pero se dice que existió otra Puerta de Alcalá anterior pero que es mismo rey ordenó su destrucción. La estructura consta de 5 arcos, tres de ellos de medio punto y otros dos emplazados en los extremos. Podéis observar que en el lateral que mira a Cibeles se detecta que las columnas son sustituidas por pilastras, excepto las que engalanan el arco central. ¿Por lo tanto, sabíais que la puerta no es simétrica puesto que sus dos caras son diferentes una de otra?.
Foto de Beatriz Alonso Aguado
Este monumento lo podéis encontrar al principio de la calle Alcalá, justo en la plaza de la Independencia, esquina noroeste del Parque del Retiro.
Puerta de Alcalá, foto de Sandra RG
¿Pero porque se llama Alcalá? Pues bien fácil, al igual que la calle que lleva el mismo nombre vienen por estar situadas en el camino que existía y entonces antiguamente se utilizaba para ir a Alcalá de Henares. Y ponerle “puerta”, tampoco es otra casualidad ya que en sus principios, fue esta una de las cinco puertas que daban acceso a la ciudad, solo fue en 1889 cuando ya se convirtió en Plaza.
Muchas gracias Alvaro Fernandez Alonso
Desde que se construyo la Puerta de Alcalá se ha ganado el cariño de todos los madrileños y desde siempre ha sido un elemento emblemático de la ciudad, paso indiscutible de cualquier turista. Su gran originalidad radicó en ser el primer arco del triunfo que se construyó en Europa tras la caída del Imperio Romano.