Egipto es un destino que se debe visitar al menos una vez en la vida, recorriendo sus más de 5.000 años de historia navegando por el río Nilo. ¿Qué nos recomienda Viajes el Corte Ingles para ver en este país?
1. El Cairo
El Cairo, la impresionante metrópoli del mundo árabe y capital de Egipto, es una ciudad para pasear y empaparse de la historia milenaria. Es posible trasladarse a la época medieval como a la época faraónica al observar las pirámides. La ciudad más poblada de África, una ciudad caótica, polvorienta y ruidosa y que, sin embargo, sabe atrapar los visitantes. No te dejará indiferente.
Tendrás la posibilidad de sumergirte en su inmenso caos para degustar su más profunda esencia, su actividad pletórica y la convivencia de sus grupos de gente. No dejes de visitar las mezquitas, sus numerosos museos, entre los que destaca el Museo Egipcio, con tesoros de faraones y sala de momias. Visita la antigua fortificación de la Ciudadela, el barrio Copto y los palacios.
Para sumergirse al máximo en el ambiente de la ciudad, nada mejor que perderse entre las tiendecitas del Mercado de Khan El Khalili para conseguir alguna ganga, además de degustar los deliciosos platos típicos egipcios en algún restaurante tradicional.
Podrás realizar actividades opcionales como un paseo nocturno por el Nilo más cena a bordo, o excursión en el día a Alejandría. Y no te pierdas El Cairo de noche con una visita panorámica para luego disfrutar de una cena en un restaurante típico.
2. Piramides de Giza
Son, sin duda, los monumentos más representativos de Egipto y una de las Siete Maravillas del Mundo. Construidas hace miles de años han logrado sobrevivir al paso del tiempo, y, a día de hoy, nos siguen cautivando. Están formadas por 4 elementos principales:
Pirámide de Keops: con una altura original de 150 metros es la más alta del mundo y la que más impresiona. Numerosas son las teorías sobre cómo se pudo construir. La mandó construir el faraón Keops para usarla de mausoleo, pero jamás se encontró el sarcófago original. No dude en entrar en su interior para admirar sus galerías y las cámaras.
Pirámide de Kefrén: es la única que sigue manteniendo el revestimiento original en la parte superior, que hacía que las pirámides se vieran completamente lisas y escalonadas. Refleja la luz del sol en un espectáculo casi estelar. Fue construida para Kefrén, hijo de Keops.
Pirámide de Micerinos: es la más pequeña de las tres, y la que ha sufrido más deterioros. Se construyó para Menkura, hijo de Kefrén.
Esfinge: con cabeza de faraón y cuerpo de león, es una de las figuras mitológicas más enigmáticas y misteriosas de la historia. Se decía que interrogaba a quien se acercaba a ella, y si la respuesta no era la correcta ¡muerte garantizada!
No te puedes perder el espectáculo de luces y sonido que se proyecta sobre las Pirámides cuando la noche se apodera de El Cairo.
3. Menfis y Saqqara
Menfis: fue la primera capital de Egipto y un importante centro político y religioso, además de ser la ciudad donde se coronaba a los faraones.
Fue una ciudad majestuosa y a día de hoy apenas quedan restos, pero merece la pena pasear porque se ha convertido en un museo al aire libre que alberga reliquias del país, entre las que destacan el coloso de Ramsés II, una estructura colosal que quita la respiración, y la Esfinge de Alabastro, esculpida en una sola pieza.
Saqqara: merece la pena visitar la Necrópolis. Allí se encuentra la Pirámide Escalonada de Zoser, considerada la pirámide más antigua del mundo. Ubicada en un recinto donde se situan santuarios y patios. También se encuentran en esta necrópolis la Pirámide de las Unas y la Pirámide de Teti con bello grabados de la época egipcia tallados en su interior.
Ambas ciudades se encuentran en los alrededores de El Cairo, por lo que es posible realizar una excursión en el día acompañada de un almuerzo tradicional.
4. Alejandria
La ciudad más occidental y cosmopolita de Egipto, irresistible para los amantes de la literatura y la arqueología. Fundada por Alejandro Magno, fue también la ciudad de Cleopatra y centro cultural del mundo antiguo. Cuenta con una apasionante historia a sus espaldas.
Es el principal puerto de Egipto y uno de los más importantes del Mediterráneo. Recomendable pasear por la Corniche, contemplando el mar. Allí se entiende mejor que en ningún otro sitio el carácter mediterráneo y la gran influencia griega de esta antigua ciudad.
En Alejandría se respira historia. Pruebas de ello son su famoso faro Pharos, una de las siete maravillas del mundo antiguo, destruido en un terremoto, la Biblioteca, el mayor centro de investigación de la antigüedad, las Catacumbas de Kom Ash Shuqqafa, el mayor cementerio romano de Egipto y una de las últimas grandes construcciones religiosas del antiguo Egipto, y el Palacio de Cleopatra, sumergido en el fondo del mar.
Hoy en día merece la pena visitar la Nueva Biblioteca Alejandrina, sus museos, el zoco y la Fortaleza de Qaitbai, construida sobre los restos del mítico Pharos. Existe la posibilidad de realizar una excursión en el día desde El Cairo para visitar la ciudad y disfrutar de un almuerzo típico mediterráneo.
5. Luxor y Karnak
Luxor, la antigua Tebas, fue la capital de los faraones en la cúspide de su poder. A las orillas del río Nilo, es conocida como la Ciudad de las Cien Puertas y contiene la mayor parte de los monumentos a los faraones. De obligada visita son los templos de Luxor y Karnak. Para la visita hay que tener en cuenta la hora en la que el sol proyecta la luz.
El Templo de Karnak es uno de los santuarios más grandes de la historia. Impresionan la decoración del interior, las figuras de guardianes y, sobretodo, la sala Hipóstila, con 134 columnas. El Templo de Luxor, con su imponente entrada, tras el obelisco se encuentran los dos colosos del faraón, sobre los que se pone el sol convirtiendo en fuego cada atardecer. Los templos están flanqueados por 40 esfinges con cabeza de carnero y humanas.
No dejes de visitar estos santuarios a la orilla del Nilo, para sumergirte de lleno en la época faraónica y el culto a las deidades. Además no puedes perderte el espectáculo de luz y sonido que se celebra cada noche, donde nos contarán cómo se construyó el templo y cómo era la vida en la Antigua Tebas.
6. Valle de los Reyes
En Luxor, al otro lado del río, se encuentran el Valle de los Reyes, los colosos de Memnon, el Templo de Hathsepsut y el Valle de las Reinas.
El Valle de las Reinas acoge los restos de las reinas, príncipes y princesas que no fueron faraones. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad.
Quizás la Tumba de Nefertari sea la más hermosa, pero tiene un aforo limitado. En el Valle de los Reyes se encuentran las tumbas de los antiguos faraones. El Templo de Hathsepsut sorprende porque fue mandado construir en las laderas de una montaña por la única mujer que ocupó el trono. Los colosos de Memnón se encuentran entre los monumentos más emblemáticos y atrayentes de la civilización faraónica. La figura norte es conocida como la “cantante” porque cuenta una leyenda que emitía sonidos al salir el sol.
Aprovecha tu visita a Luxor para cruzar a la orilla oeste del Nilo y realizar una excursión combinada a las necrópolis, el templo y los colosos. El amanecer o el atardecer son las horas más propicias para realizar esta visita.
7. Edfú y Kom Ombo
El Templo de Edfú, dedicado al dios Horus, destaca por ser uno de los mejores conservados del país.
Las paredes del templo cuentan con ricas inscripciones que proporcionan información sobre la época en la que fue construido, aportando detalles no solo sobre el templo, sino sobre la mitología, la religión y la forma de vida en el Antiguo Egipto. Destacan la Cámara de las Ofrendas, a la que se puede subir a lo más alto para disfrutar de las vistas, uno de los principales atractivos de un viaje por Egipto.
Sobre un meandro del Nilo se encuentra el Templo de Kom Ombo, una inusual construcción de culto a dos dioses, al dios cocodrilo Sobek y al dios Haroeris. Son en realidad dos templos gemelos donde los elementos arquitectónicos están duplicados. En el templo se puede visitar la capilla de Hator, en la que veréis algunas momias de cocodrilo muy bien conservadas. La visita a este templo es una de las más bonitas, ya que habitualmente se llega cuando está atardeciendo y esto permite disfrutar de la iluminación nocturna.
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