El inicio de 2025 no augura un camino sencillo para la educación superior. Según varios expertos del sector, el panorama actual se presenta más complejo que el del año anterior. Así lo explicó P. Harold Castilla Devoz, Rector General de Uniminuto, quien ha señalado que la crisis del sistema educativo abarca múltiples ángulos, siendo el componente financiero uno de los más críticos.
La economía global y nacional atraviesa momentos de incertidumbre, lo que ha afectado los presupuestos destinados a educación. Castilla Devoz subraya que los recursos proyectados para programas clave como la política de gratuidad, el Icetex y el fortalecimiento de la investigación científica han sido recortados o no cumplen con las expectativas iniciales. Esta situación pone en jaque la capacidad del sistema para fomentar la ciencia, la tecnología y las artes como pilares del desarrollo social.
Un cambio en las expectativas de los jóvenes
A pesar de que muchos jóvenes ven en la educación superior una vía para construir su proyecto de vida, existe una creciente preferencia por rutas más prácticas que les permitan alcanzar rápidamente la empleabilidad o emprender sus propios negocios. Este fenómeno plantea un desafío crucial para las Instituciones de Educación Superior (IES), que deben adaptar sus metodologías, currículos y enfoques pedagógicos para alinearse con estas demandas, evitando así profundizar la crisis del sector.
Las contradicciones del sistema educativo
Castilla Devoz advierte que el sistema de educación superior está plagado de contradicciones. Por un lado, se promueven políticas de cobertura, inclusión y acceso; pero, por otro, se reducen los recursos destinados a su implementación. Asimismo, mientras se resalta la importancia de la autonomía universitaria, se imponen intervenciones que limitan la libertad académica de las instituciones.
Otra paradoja es la insistencia en la necesidad de innovación educativa y modelos pedagógicos flexibles que preparen a los estudiantes para el mercado laboral contemporáneo, frente a regulaciones que dificultan la competitividad del talento humano. Estas tensiones reflejan una desconexión entre las políticas declaradas y las acciones concretas.
El desafío tecnológico y la IA en las IES
La transformación digital es otro eje crítico. La integración de tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA) se perfila como indispensable para mejorar los procesos de aprendizaje y la gestión educativa. Sin embargo, Castilla Devoz alerta que muchas instituciones aún no han comprendido la magnitud de este cambio ni la necesidad de abordarlo con una visión ética. No aprovechar el potencial de la IA podría relegar a las IES en un entorno cada vez más competitivo.
Un futuro incierto
La crisis económica y presupuestaria no solo afecta a las instituciones educativas, sino también a la capacidad del país para invertir en investigación y desarrollo. En 2025, la educación superior y la investigación enfrentan una fuerte presión, con recortes en el gasto público y una creciente retórica que cuestiona la educación mixta.
En este contexto, Castilla Devoz subraya la importancia de que la sociedad asuma un papel activo en el apoyo a la educación superior. Este compromiso es esencial para contrarrestar las desigualdades crecientes y garantizar que la educación siga siendo un motor de desarrollo social.